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8 MANERAS DE SER MISIONALES

Lo misional no es algo que tachamos como hecho en la lista de cosas de nuestras vidas ya de por sí muy ocupadas. Es nuestra vida. Misión es la manera en la que vivimos, no algo que agregamos a la vida: "Id y haced discípulos..."; "Comportaos sabiamente con los de afuera…"; "Que tu palabra sea siempre sazonada con sal"; "Estad preparados para presentar defensa de la esperanza que hay en vosotros…". Podemos ser misionales de manera cotidiana sin sobrecargar nuestros horarios. Aquí hay algunas sugerencias:

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Come con no cristianos. Todos comemos tres comidas al día. ¿Por qué no tomar el hábito de compartir una de esas comidas con un no cristiano o con una familia de no cristianos? Ve a almorzar con un compañero de trabajo, en vez de ir solo. Invita a los vecinos a una cena en familia. Si es demasiado trabajo el cocinar una gran cena, basta con pedir unas pizzas y que lo importante sea la conversación. Cuando salgas a comer, invita a un amigo no cristiano. Lleva a tu familia a restaurantes de estilo familiar donde uno puede sentarse a la mesa con extraños y entablar conversaciones. Ten comidas al aire libre invitando a cristianos y no cristianos. Huye de la subcultura cristiana.

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Camina, no conduzcas. Si vives en un área en la que se puede caminar, sal a dar un paseo por tu vecindario, complejo de apartamentos o campus. En lugar de conducir hasta el buzón de correo, la tienda de conveniencia, etc. camina hasta correos, las tiendas o los bancos. Sé intencional en tu paseo. Saluda a las personas que no conoces. Inicia conversaciones. Saca a pasear al perro, compra un paquete de comida o bebida grande y comparte, lleva a los niños. Haz amigos. ¡Sal de tu casa! Anoche pasé una hora fuera en el “garden centre” con mi familia y tuvimos buenas conversaciones con 3 ó 4 vecinos. Interésate en tus vecinos. Haz preguntas. Haz relaciones. Ora por la gente que ves. Ahorrar un poco de combustible, cuida el planeta.

Sé un cliente asiduo. En lugar de ir de un sitio para otro, por toda la ciudad, a la gasolinera, compra de comida, peluquería, comer fuera o ir al bar, es mejor ir a los mismos lugares. Eso te permite llegar a conocer a los empleados. Ve a los mismos lugares en los mismos tiempos. Sonríe. Haz preguntas. Conviértete en un cliente. Tengo amigos en las cafeterías de toda la ciudad. Mis amigos de Starbucks donan un montón de repostería a nuestra iglesia un par de veces a la semana que usamos en las reuniones de la iglesia y ocasionalmente damos a los necesitados.

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Practica tus aficiones con no cristianos. Escoge un pasatiempo que puedas compartir. Sal y diviértete con otros. Piensa en practicar deportes en los clubs locales. Piensa en dar clases de aquello que son tus aficiones, cosas como costura, patchwork, clases de piano, violín, guitarra, clases de tenis, etc. Sé intencional. Sé atrayente. Pásalo bien. Sé tú mismo.

Habla con tus compañeros de trabajo. ¿Es algo que te parece difícil? Toma descansos con propósitos. Sal con tu equipo o grupo de trabajo después del trabajo. Muestra interés por tus compañeros de trabajo. Escoge unos pocos y ora por ellos. Júntate a otras madres en tu vecindario y que no sea sólo de no cristianos. Programa horarios de juego con los niños de los vecinos. Trabaja en la misión.

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Hazte voluntario de una ONG. Encuentra una organización sin fines de lucro en tu ciudad y toma un día libre al mes para servir a tu ciudad. Trae a tus vecinos, tus amigos, o a tu grupo pequeño. Pasa tiempo con tu iglesia sirviendo a tu ciudad. Una vez al mes. ¡Puedes hacerlo!

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Participa en los eventos de tu pueblo o ciudad. En lugar de jugar con la consola, ver la televisión o navegar por la red, participa en eventos de tu ciudad. Acude a festivales solidarios, espectáculos de verano y conciertos. Participa misionalmente. Entabla conversaciones. Estudia la cultura. Reflexiona sobre lo que ves y lo que oyes. Ora por la ciudad. Ama a la ciudad. Participa en la ciudad.

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Sirve a tus vecinos. Ayuda a un vecino en los arreglos del jardín, el bricolaje, la reparación del coche, una mudanza, etc. Pásate por la asociación del barrio, el centro de distribución de alimentos, etc. y pregunta si hay algo que puedas hacer para ayudar a mejorar las cosas. Se creativo. Simplemente sirve.

No cometas el error de hacer de lo misional otra cosa para agregar a su horario. En su lugar, haz que todo el programa del día sea misional.

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Autor: Jonathan K. Dodson

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